Marilyn Manson, el amo de la noche

Me hace acordar al vampiro principal (foto) de la película Vampiros, de John Carpenter. Marilyn Manson, que cerró la noche 8 del Pepsi Music, suele ser elegido como el culpable invisible de todas las matanzas escolares de Estados Unidos. Vi su show el sábado por la noche y la verdad que no me interesa dirimir si me gustó o no (en realidad me gustó mas o menos), sino que intento desentrañar porque un personaje tan complejo tiene que ver tan poco con mi realidad.
Jamás una sociedad como la Argentina, tan valorada en unos casos y tan infravalorada en otros, podría engendrar un personaje como Manson.
No digo que eso esté bien o mal, no juzgo. Siento que un artista que apela tanto al horror como su forma de belleza, que usa un micrófono con forma de cuchillo de Halloween y con un estilo gótico en un lugar como el nuestro donde, salvo el del km 168 de la ruta 2, no tiene un castillo en toda su extensión, poco tiene que ver con lo que pasa acá. O lo que me pasa a mí.
Me encantó verlo. Pero todo lo de Marilyn Manson me resulta ajeno.