Relaciones Masculinas
Espero que este texto sea tomado como una generalización y no con un pretendido sentido de interpretar una vida ajena que es la mía, pero creo que las amistades del colegio secundario están sobrevaloradas. Aunque quizás no sea eso: lo que está sobrevalorado es ese momento de la vida. No soy quien para dictaminar amistades ajenas, y a veces ni las propias, pero extinguida la colimba, el colegio secundario, el amigo del secundario, ocupa el centro de la escena en el pasado. Es una instalación nostálgica.
Cada tanto alguien relata sus vivencias con respecto a un encuentro con compañeros de la escuela secundaria, por lo general entre 20 y 30 años más tarde. La cifra ya es elocuente: casi ha transcurrido media vida. Las descripciones son coincidentes y todos describen lo dificultoso que fue reconocer a quienes compartieron no menos de 5 años de su existencia.
¿Puede alguien haber sido tan importante y no reconocerlo en ese instante en que un afecto se define?
De todos modos lo que más me interesa abordar es el sinnúmero de relaciones masculinas que los hombres establecemos ya más grandes, independientes, decididos y plenos. Relaciones ocasionales o permanentes que nos definen como género.
Está el amigo de cancha. En realidad, hay dos amigos de cancha: el que está sentado cerca nuestro y el que es amigo de un amigo y al que solo vemos cada vez que viene a la cancha con nosotros. Sugerencia: a los dos es mejor acotarlos a ese espacio y no intentar llevar la relación más allá.
En la primera juventud existe el amigo de la noche de derrota. Es esa noche en la que unos triunfaron con el sexo opuesto y otros perdimos. Comparte con nosotros el daño colateral de un regreso sin nada para contar.
Está el amigo de vestuario, a quien solamente vemos en el club cuando hacemos alguna actividad. Si lo vemos en otro ámbito no sabemos bien quien era, pero una vez que se fue de nuestro panorama, exclamamos:
-"Era el del club".
El mecánico, el del garage, el encargado, el diariero, el que comparte la mirada desde el auto al culo y par de tetas que cruzan...Eso somos.
Somos recontra básicos.
Cada tanto alguien relata sus vivencias con respecto a un encuentro con compañeros de la escuela secundaria, por lo general entre 20 y 30 años más tarde. La cifra ya es elocuente: casi ha transcurrido media vida. Las descripciones son coincidentes y todos describen lo dificultoso que fue reconocer a quienes compartieron no menos de 5 años de su existencia.
¿Puede alguien haber sido tan importante y no reconocerlo en ese instante en que un afecto se define?
De todos modos lo que más me interesa abordar es el sinnúmero de relaciones masculinas que los hombres establecemos ya más grandes, independientes, decididos y plenos. Relaciones ocasionales o permanentes que nos definen como género.
Está el amigo de cancha. En realidad, hay dos amigos de cancha: el que está sentado cerca nuestro y el que es amigo de un amigo y al que solo vemos cada vez que viene a la cancha con nosotros. Sugerencia: a los dos es mejor acotarlos a ese espacio y no intentar llevar la relación más allá.
En la primera juventud existe el amigo de la noche de derrota. Es esa noche en la que unos triunfaron con el sexo opuesto y otros perdimos. Comparte con nosotros el daño colateral de un regreso sin nada para contar.
Está el amigo de vestuario, a quien solamente vemos en el club cuando hacemos alguna actividad. Si lo vemos en otro ámbito no sabemos bien quien era, pero una vez que se fue de nuestro panorama, exclamamos:
-"Era el del club".
El mecánico, el del garage, el encargado, el diariero, el que comparte la mirada desde el auto al culo y par de tetas que cruzan...Eso somos.
Somos recontra básicos.
Labels: costumbres, reflexiones
4 Comments:
Man, las complicadas son las minas. No vengas a desvalorizar nuestra simpleza. !Es una virtud!.
Pumba Pumba, zzzzzzzZZZZZ, GOOOLL
Listo,
¿Por qué te crees que el perro es el mejor amigo del hombre?. Simple. Relación simple.
Y lo mejor de todo, es que cuando te cruzas con uno fuera del hábitat natural en que lo conoces, solo te remitis a pensar "de donde carajo lo conozco" y nunca se te cruzaría por la cabeza un "mirá el pantalon que se compró" o un "que mal que le queda esa camisa" o un "mirá el corte de pelo que se hizo".
Hombre = Simpleza
Excelentes la simpleza con la que definiste lo simples que somos...y encima, aquel que ves de vez en cuando, en un ambito determinado, lo podes ver meses despues y es como si lo hubieras visto ayer y sin mas dramas.
Serán recontra básicos pero los amo así como son. Para complicadas estamos las mujeres.
Excelente poder de síntesis (otra virtud básica e indispensable de la cual gozan la mayoría de los hombres).
Saludos
Post a Comment
<< Home