La música, entre el orden y el caos creativo

No soy músico, pero no vivo sin la música. Y estamos cambiando notoriamente la manera de consumir música. Nos llega de muchas maneras y hasta tenemos que administrar nuevas formas para guardarla y disponer de ella. Bajar música de Internet hasta cambió el concepto de como ordenar lo que forma parte de nuestra discoteca virtual, legal o ilegal, eso no importa. Las canciones ya no son solamente eso, sino que son archivos. Sigue existiendo un cierto orden alfabético, pero se destaca la organización por géneros. Cada vez tenemos más música invisible (de Invisible también) y que no ocupa un lugar físico en nuestro ámbito.
¿Qué le pasará al músico con todo esto? Supongo que el Big-Bang creativo que atraviesa a cada artista en el momento de componer y luego grabar es seguido por un orden que luego de vida a un CD como formato extendido y aceptado.
¿Deben seguir esa lógica los músicos ahora? Pienso que con los nuevos soportes digitales, si hablamos solamente de la creación, los artistas ya no precisan deshacerse del caos para dar a conocer su obra. Muchas veces los escuchamos hablar de la selección que tuvieron que hacer, de los temas que quedaron afuera, porque no cabían en el CD.
En el mundo virtual ya no hay afuera.
¿Qué nos impide accerder a un site con las 105 canciones de Andrés Calamaro en "El Salmón" y escuchar las que tengamos ganas?
El desorden de mi música le saca ventaja al viejo orden de los artistas. Que quizás tampoco sea propio sino derivado de las compañias discográficas, lo cual ameritará otro post. En cierto modo la vanguardia cambió su dirección acostumbrada.