Monday, January 29, 2007

Clint Eastwood es el único nombre propio


La Conquista del Honor es un nombre absolutamente idiota para la versión norteamericana de la batalla de Iwo Jima entre Japón y Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Flags of our fathers es el título de la película de Clint Eastwood, una obra que no tiene nombres de relieve en su elenco.

El peso de la película es todo de Eastwood. Sin ponerme a pensar en las connotaciones políticas del film, ni de sus analogías con el presente (ejercicio tonto, ya que Estados Unidos siempre está embarcado en alguna guerra actual cuando se habla de una guerra vieja), es notable como Eastwood ha prescindido de pesos pesados para su película para que donde hay que ver soldados, veamos solamente soldados y no a tal o cual haciendo de un general o un sargento.

La película es emotiva. Genera congoja a partir de un hecho ajeno a nosotros (Estados Unidos contra Japón en la Segunda Guerra Mundial, sin exterminio nazi, sin campos de concentración) pero de un humanismo insolentemente conmovedor.

"En la guerra uno no pelea por su país. Pelea por el que está lado, por sus amigos", dice la narración en un pasaje del film
No hagamos cosas por el país, hagámoslas por los amigos, por los afectos cercanos.
Es más noble y más palpable. El país queda lejos si sólo nos ocupamos de él con declamadas buenas intenciones.
Lo otro, lo más real queda cerca. De eso habla Eastwood.

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