Sunday, April 23, 2006

CTPKU


Los brazos en alto que sostienen los teléfonos celulares ya son paisaje del rock. Registran fotos, mandan textos y sonidos en directo para espectadores ausentes y también iluminan la noche. En otros tiempos fueron los encendedores; hoy son las pantallas de los móviles. La humanidad nunca cambia completamente: una nueva época del hombre pasó del fuego a otra forma de luz.
El show de Catupecu Machu en Obras tuvo como razón de ser enviarle la energía de la música a uno de los integrantes de la banda, recuperándose de un accidente automovilístico. Ninguno de los parámetros habituales de un concierto fue tomado en cuenta la noche del sábado 22 de abril.
La necesidad de homenajear sin homenajear a Gabriel Ruiz Díaz, de curarlo a distancia si fuera posible, transformó un espectáculo en una noche de comunidad tecno-hippie dispuesta a reunirse sin juzgar, sin analizar, sólo dando y recibiendo canciones. Ahora, a esperar.

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