
Todos los que tenemos un blog hemos escrito sobre esto. Y quienes llegan a ser medianamente conocidos, medianamente famosos o medianamente algo, notan que el tema recrudece aún más.
Los posts agresivos, criticones y señaladores suelen colgarse de los textos principales como si fueran parte indispensable de los blogs. Pues no lo son. Los completan, pero por algo existe la opción de quitarlos, censurarlos, ampliarlos o simplemente dejarlos estar. Forman parte de la herramienta, pero por si sólos ni cortan ni pinchan.
Acá se encuentran criticas y acá se encuentran elogios. Suelo no responderlos porque parto de mi lugar esencial como creador de blogs:
lo que no tenía para decir, ya lo dije.Entiendo la confusión de quien critica, ya que todos la hemos padecido alguna vez: suponemos que objetar es cambiar algo.
Pero sucede como en las películas de los juicios: cuando alguien se para y dice "objeción", si luego no da paso a algo distinto, la objeción continúa con un "no a lugar".
No me molestan las criticas, lo que si me molesta ( y este es mi blog y escribo sobre lo que quiero) es que me sugieran temas de escritura, enfoques que yo debería haber abordado, opiniones que según no se quien yo tendría que haber dicho.
Pues adelante: háganlo ustedes.
¿Qué los frena? ¿Cuál es el temor de hacerlo? ¿Debería existir algún temor para hacerlo?
¿Porqué se supone que debo escribir lo que según otros yo tendría que haber escrito?
Cuando estas preguntas sean contestadas, magicamente el milagro sucederá: tendran material para hacer su propio blog.
Este ya esta hecho. Con aciertos. Y sin errores. Los errores en los blogs son por omisión: los comete el que no escribe nada. Hasta la crítica es mejor que nada. Pero la crítica no construye.
Simplemente distrae al que señala que algo está mal hecho y luego se da cuenta, que en realidad, no está haciendo nada.