Libros vs metros cuadrados: una ecuación desacertada

Ernesto cuenta en su blog las razones por las que Capítulo 2, en breve, deberá dejar su metraje de cultura en el Alto Palermo, solamente por razones de mercado sin matices. Inexplicablemente, tras la experiencia de Buenos Aires POD, que atrajo consumidores con una alternativa más rica y edificante que hacer sonar campanas con rebajas en las madrugadas navideñas( con descuentos que no son tales, previo aumento de un 50 por ciento de lo que luego baja otro 50 por ciento) el shopping decidió eliminar una de las tres librerías existentes mediante una subasta del metro cuadrado, a precios que sonrojarían a cualquier Golden Boy de Wal Street, poniendo así los libros en competencia con los corpiños. Así como McDonalds no vende hamburguesas, sino locales que vendan hamburguesas, los shoppings no venden ropa, ni libros, ni pantalones, ni televisores: venden metros cuadrados.

Si fuera mujer estaría ofendida: alguien entiende que la cultura no sería mi pasión.

El verdadero desafío de las fiestas

El verdadero meollo de las fiestas no tiene que ver con la preparación de las comidas, las reuniones con familiares odiosos, el peligro de los petardos, la dificultad para conseguir un taxi, la hora exacta para poder "zafar" y estar con quien realmente con quienes queremos estar.

El asunto real es el traslado de abuelas. Quien las busca, quien las lleva. Hablo de las abuelas bien abuelas. Las ya viejitas, las que se ven obligadas al acontecimiento excepcional de ir mucho más lejos que su movilidad diaria. Las abuelas a las que se trata de usted, mitad con respeto mitad con distancia. Las abuelas que no parecen tener ya contacto con el entorno, que miran más de lo que hablan, que comen más de lo que miran.

Las abuelas que solamente el 24 y el 31 se suben a un auto y en todo ese movimiento hay algo de antinatural. Los automóviles no parecen estar hechos para las abuelas mayores. Los autos son ilusión de juventud eterna y se chocan con las abuelitas. Las vemos sentadas atrás, siempre presionadas por nietos y nueras que se amuchan en el asiento como si fueran moldeables.
Las abuelitas tardan en subirse al coche. Les insume una unidad de tiempo única: lo que le lleva a una abuela subir a un auto. Quien las ayuda no sabe bien que hacer. Si empujarlas un poquito del huesito de la espalda, agarrarlas del codo, dejarlas solas que hagan.

Los jovenes de las familias son los que pagan el precio, gustosos: quien lleva a la abuela de regreso, se va más temprano y se queda con el auto. La abuela lo sabe. Mira y no dice nada.

¿No sabés donde alquilan caballos?

Es apabullante la cantidad de información que contiene esa pregunta:

.Lo obvio: no sabemos donde alquilan caballos.

.No tenemos la menor idea de donde estamos

.No sabemos andar a caballo, sino sabríamos donde es que suelen alquilarlos.

.No solamente no tenemos la menor idea de donde estamos, sino que acabamos de llegar

.Andamos a caballo solamente por diversión, como pasatiempo, no como deporte

.La posibilidad de perdernos es grande.

.Somos de la ciudad

El consumo sirve para conocer

Con 10 minutos de tiempo disponible antes de subir a un tren, una recorrida por la estación central de Kyoto, me encontró en medio de locales de comida que no necesitaba en este momento ni me apetecían. Entré a un local que vendía dulces. No eran mermeladas ni tampoco golosinas, sino algo intermedio. Una especie de chocolatería con una variedad enorme de cajas y paquetes de productos. Los japoneses hacen dulce hasta de los porotos. Tienen la capacidad de transformar cualquier alimento en un bombón.
Descubrí que el consumo, el tan denostado consumo como una actividad superflua y prescindible, es un valor. La mejor manera de conocer una costumbre, un gusto, un modo de alimentarse.
Compré unas galletitas de canela en forma de cucuruchos. Ni los creadores de Boing Boing han conseguido todavía transmitir el sabor a través de un blog. Nuestros recursos son escasos. Una pena.

Shibuya

Ariel Tiferes posteó en el blog del Mundial de Clubes de La Nación su experiencia en la zona de Shibuya. Sé que lo ideal hubiera sido ir de noche, pero bueno, no tuve tiempo. Lo que vale es que hice mi versión de Shibuya.

Oh, Japan people

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El nuevo gran logo global

Como antes Coca Cola y McDonalds, la cultura del consumo tiene ahora en Apple su imagen identificatoria y familiar. Ante lo desconocido y lo que no se entiende por barreras idiomáticas, el mordisco en una manzana genera contención e identificación.
Apple Store en Ginza, el barrio más caro de Tokio

Blog en japonés

Noto que hay un problema de configuración del blog, pero no encuentro como resolverlo. Sucede cuando posteo fotos, pero en fin, ya lo arreglaré en tierras argentina. Desde Japón me resulta complicado. Sepan disculpar

Las horas en Tokio

Las primeras horas en Tokio son fatales. El cuerpo está cansado y se niega a dormir. La noche se interrumpe de pronto de madrugada porque el sueño se acabó. Ni siquiera está la posibilidad de remolonear. Entonces, el cansancio no es la puerta de entrada al sueño y el humor empieza a cambiar. Casi que desaparece. La cabeza funciona en cámara lenta y la adaptación al horario se vuelve cruel.
Pero todo se compensa, siempre: estas son vistas de un jardín que tiene más de 400 años y que forma parte del hotel donde estoy en Tokio.

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Volver a Japón

Me consta que pocos en la vida pueden decir que vuelven a Japón. Y a mí me toca decir eso. En breve estaré posteando acerca de un viaje de una semana a Tokio y otras ciudades.

Ya estuve en 2002 durante el Mundial de Fútbol y recuerdo las cosas que me llamaron la atención:

• La gente que viaja con los ojos cerrados en subtes y trenes. Pensé que dormían. Luego me explicaron que la mayoría busca conectar con su interior en una especie de meditación al paso.


• La gente que compra unas cajas del tamaño de una bandeja para comer en los trenes: carne, verduras ,arroz y otras cosas que no logré identificar se sirven en compartimentos que vienen en una caja cerrada y se abre como si adentro hubiera zapatos.


• Los rectángulos pintados con líneas blancas, en los andenes, al aire libre: todos los que fuman se meten ahí adentro. Están apiñados, pero no molestan a nadie.


• La paz de sus parques y jardínes. La gente agachada, en cuclillas, en posición de descanso


• La vista de Tokio desde las alturas, de noche. Si llueve es igual a Blade Runner


• Las adolescentes vestidas de colegialas aún cuando no hay clases: el fetiche a gran escala.


• Bares con barras metidos en el espacio de un departamento de dos ambientes.

Sí, voy a otro planeta.

El éxito de Peter Capusotto relativiza la importancia de la TV tradicional

¿Puede un programa que mide 1,1 puntos de rating de promedio contener a uno de los personajes más exitosos del momento? Pues eso es lo que arroja la medición de Peter Capusotto y sus videos, un ciclo originalmente nacido en Rock & Pop TV y ahora reubicado en Canal 7 los lunes por la noche. En tanto, animó desde las pantallas gigantes de River la espera de todos los shows de Soda Stereo. Mainstream rabioso.
Peter Capusotto ha creado a Pomelo, un personaje rocker que asume los vicios, las poses y las características de los roqueros de acá y allá. Finalmente, el rock nacional tiene quien se mofe de él y le hacía falta desanudarse un poco. El personaje fue elegido por Rolling Stone como el más importante del año, lo cual también sacude un poco esa sempiterna costumbre de condensar en 12 meses la producción artística con fechas de vencimiento.
Diego Capusotto, a la sazón Peter, encuentra en la TV el punto de partida del éxito de un personaje, pero no la razón central. La televisión tradicional, el formato televisivo, es apenas el soporte creativo, el suceso está en el modo de distribución: internet
Peter Capusotto y sus videos está en un constante random en You Tube y otros sitios de circulación de imagenes. Sus segmentos arman una programación paralela que cada usuario modela de acuerdo a sus gustos y horarios.
A ver: Peter Capusotto no es de Rock & Pop TV, ni de Canal 7, ni de Rolling Stone, sino del boca a boca, del tecla a tecla, que le permiten ser una película en permanente exhibición, un libro leído todo el tiempo, un programa de TV que se sale del aparato y de las grillas para integrar un menú que excede a los programadores.
En You Tube, los videos de Peter Capusotto, sumados registran ya más de un millón de reproducciones que demuestran como y en que lugar se manejan ahora los éxitos de los contenidos televisivos.
La vieja escuela indicaría que habría que encontrar el modo de cancelar esas reproducciones que no pagan derechos. La nueva escuela aconsejaría dejarlos fluír, acompañarlos desde el mundo físico porque en la TV nacional, a la noche, el rating es de 1,1. Una cifra que para los programadores llevarían automáticamente al levantamiento del ciclo.

Brasil otra vez queda lejos

Brasil siempre es pendular para los argentinos. Y no voy a hablar de fútbol, así que ya despejamos un tema. Brasil oscila entre el paraíso terrenal, distante y anhelado, para los jovenes en celo o puede ser una extensión más de la Argentina veraniega. Eso lo mide el tipo de cambio y los costos de las playas argentinas, con su arena gruesa, su mar eternamente frío y sus precios por las nubes.


Esta es la época en la que Brasil volvió a quedar lejos. Sigue a dos horas de avión ó a dos días de auto con sus rutas siempre peligrosas, rotas y con olor a alconafta mezclado con pomelo. Pero el Brasil de regalo ya no existe. Dejó de ser el obsequio de cualquier fiesta empresarial de 2 pasajes-con estadía, traslados y excusiones-todo incluído en el Sheraton de Río y el destino que te tiraban por la cabeza en todas las promos y los programas de TV.


Brasil, Río, Angra, Floripa, Bahía y las ceremonias con todos vestidos de blanco son claramente otro país y no una playa más que se elige hasta por descarte.
Los argentinos le debemos mucho a Brasil y a la vez lo conocemos poco. No logramos entender como no aceptan dólares en cualquier negocio y porque hay que pasar por una casa de cambio, ni llegamos a comprender que una chica que saluda no es por default una presa que nos esperará en la cama del hotel. Creemos que hablando español de forma lenta es hablar portugués y suponemos que el chabón del hotel es macanudo porque se sacó una foto con nosotros mientras levantábamos los pulgares haciendo pra frente: es macanudo porque saber hacer su trabajo y la va de amigo.

-¿Loco, de donde son?..¿Hasta cuándo se quedan?...¿ No saben dónde se morfa
barato?..¿Hay buenas minitas por acá?...¿A ustedes ya los afanaron...?...¿En
qué playa podemos armar un Argentina-Brasil...?

Los argentinos , a fines de los 70, conocimos el frigobar del hotel gracias a Brasil. Al ritmo de la bossa nova que por entonces reinaba, cuando Río era lo más exótico a lo que se podía aspirar, ahí estaban esas misteriosas heladeritas empotradas en la habitación. Se de gente que las abría, tomaba la cerveza, llenaba la botella con orín y luego las volvían a tapar para no pagar los cargos. El argentino se abusa de un Brasil que solamente existe en su imaginación.

Plant y Krauss o la imaginación a partir de una foto

Mientras Mothership avanza en el mundo como cualquier otro trabajo de Led Zeppelin, es decir, arrasando y postergando cualquier novedad en esos lugares que todavía existen y se llaman disquerías, Robert Plant acaba de lanzar un CD con Alison Krauss. Plant, sabemos, es el cantante de Zeppelin. Krauss es norteamericana y cantante y vilonista de bluegrass, ese género musical que conocemos desde que existe iTunes.

Miren la foto. Ellos miran a alguien que anda por ahí, pero que está fuera de la escena. Ese alguien parece preguntarles si son amigos , novios ó qué. Alison, apurada, está en plan de aclarar que son amigos. Plant, algo desilusionado, asiente pero en el fondo se le nota sus deseos de pasar a la fase dos. La diferencia de edad, pensará. Pero mantiene esperanzas: es Robert Plant...

Para saber algo más de este trabajo llamado Raising Sand (puede encantar o aburrir, ojo eh..) los llevo a un blog que tiene info y algunos tracks del disco.