Scorsese le rinde tributo a Hitchcock en un comercial de Freixenet
Freixenet es un champagne al que no se le puede decir champagne porque los franceses se han apoderado del término. Los polacos andan atrás de algo parecido con el vodka ya que todo el mundo (nuevo) cree que es un invento de Absolut. Como sea, Freixenet convocó a Martin Scorsese para que rodara un adverfilm ó movie ad. También, como sea... Lo único importante es que Scorsese aprovechó la ocasión para hacer una obra maestra. No voy a perder el tiempo debatiendo si es correcto que un director como Scorsese haga un comercial. Ya está, ya pasó.
Manu Chao vino a la radio. Una hora de charla, dos canciones con guitarra y el eterno desafío, ya abandonado por mí desde ahora, de procurar descubrir si es auténtico o ensaya una pose. No veo pose. Siempre le creí y ahora me convenció más. ¿De qué me convenció? De que se trata de una excepción, de una manera de vivir que es imposible de llevar y que mantiene la fantasía adulta de cruzar el mundo como un adolescente que va donde quiere, cuando quiere y que no deposita nunca sus huesos en un lugar fijo. Eso es exactamente Manu Chao: el chico que nunca está en casa, que vive afuera y ese afuera es el mundo entero. La guitarrita, él, pasajes abiertos hacia donde haga calor y a hacer lo que pinte en el momento. ¿Quién puede vivir así? Manu Chao no sale de gira, viaja. No graba, registra. No toca, sale de bares y se sube al escenario. Está en muchos lugares, pero al mismo tiempo no está en ninguna parte. ¿Se podrá contar con él más allá del encuentro de ocasión? Tiene un hijo que le está creciendo en el norte de Brasil. El es su cinta testigo. A muchos artistas argentinos les molesta Manu Chao. Los pone incómodo y en cierto modo, a mi también. Descarta la escena principal, los grandes escenarios y festivales. Descarta, pero no detesta. Tampoco dice como hay que cruzar por esta existencia siguiendo un modelo aunque sea anárquico. Sus canciones matizan las protestas sociales en buena parte del planeta. Se nota que hay libertad: en otras condiciones, sería un mártir, una bandera. Mejor que eso no pase por más que haya quienes sin el conflicto visible no puedan vivir. Me consta que la gente que lo rodea en esta visita a la Argentina no tiene idea con que va a salir y en que momento. No por excéntrico, sino por no tener agenda prevista. Fantasma en la ciudad.
Miedo al ridículo, a la ruina económica, a que le pase algo a mis seres queridos. Miedo a perder, a una vejez sin salud, a la muerte. Miedo a un afano, a quedarme sin agua mientras estoy enjabonado. Lo que quieran.
Pero nada supera al cagazo que me sigue dando cuando camino por una cuadra y de pronto un perro me ladra desde una casa.
Por suerte para mi vida pude liberarme para siempre de un sujeto especializado en complicarle la existencia a los mozos. Envuelto en ese aire apestado de egocentrismo, la carga permanente contra todo lo que un mozo pudiera proveer, jamás reparó en que esa situación termina poniendo nervioso al resto de los integrantes de la mesa.
Hace unos días ví a una persona que tiene esa característica: boicotear de entrada la labor del mozo, asegurando que su pedido no coincidía con lo que decía el menú y desechando una ensalada de tres gustos y abundante, ante la aburrida mirada de una mujer que tenía cara de esposa y que quizás algún día le diga que está harta de ese destrato hacia los mozos.
Vivo en la Tierra como cualquiera y se que hay mozos que se las traen. Describir sus rasgos es abundar en lo que todos conocemos. Los mozos consiguen que a todos nos pase lo mismo por diferentes que seamos: nos ignoran, nos hacen chistes cuando estamos enojados y nos poner cara de orto cuando estamos contentos, nos recomiendan cosas que no queremos o nos sugieren que abortemos un pedido porque "va a ser mucho".
Particularmente me molestan los mozos con aires de primeros ministros, que se ponen muy encima del comensal y del propio sitio en el que trabajan. No llegan a ser sobradores, pero hacen saber todo el tiempo quien manda y cuan importante es su función ahí.
Igual no importa: no pienso dejar de ir nunca a Las Violetas. Y si se enteran, se enteran. ¿Qué voy a hacer?
Por estos días estamos sometiendo con rigor en Cual Es? ,a diversos postulantes que pugnan por ganarse un viaje para ver la reunión de Led Zeppelin en Londres. El premio es mayúsculo y la presión para el concursante también. Led Zeppelin es una de las bandas que transformaron mi relación con la música para siempre. Como a tantos otros en el planeta, Led Zeppelin II fue un disco que revolucionó mis hormonas como cuando hierve el agua: con violencia y sin dirección alguna.Tenía el suficiente pelo como para creerme Jimmy Page y a veces jugar al cantante gestual y sensual que era Robert Plant. Ahí moría Zep porque el bajista John Paul Jones y el baterista John Bonham eran la retaguardia de la banda. Bonham, muerto por tragarse su propio vómito mientras dormía, tuvo la muerte mítica de la estrella de rock y por eso pasó a ser más relevante. Fanático de la banda, acopiador de sus vinilos y usando sus fotos de la revista Pelo como forros de mi carpeta escolar, me doy cuenta de grande que sé mucho menos de lo que creía de la banda. Por empezar advertí que estaba totalmente desfasado con la fecha de salida de sus discos: creía que Led Zeppelin II era del 73 o el 74 y en realidad es de 1969. Y Led Zeppelin IV es de 1971 y no del 76 como yo pensaba. Los discos venían entonces con la fecha de su lanzamiento en la Argentina y no con la de la grabación original. De todos modos el asunto me tiene sin cuidado. Me sirvió para comprobar que se puede ser fanático sin ser experto. Esas características suelen estar confundidas. Se supone que el seguidor de una banda (de un club de fútbol también, por qué no...) debe gozar de un conocimiento enciclopédico que en realidad clausura más que lo que habilita. Empasta las neuronas con datos, fechas y sentencias y deja poco margen para la suma de sensaciones. Me fascina saber que se menos de lo que creía de Zeppelin porque eso me sirve para bucear más. La discográfica me envió Mothership, el nombre que engloba su CD triple (en realidad dos CD y un DVD) y la presentación en Londres. Se han esmerado: la edición es lujosa, tiene un libro con mucha info y los registros de las canciones son una delicia. Ver el DVD y comprobar como la banda tocaba en lugares no tan grandes, con un ejército de gente arriba del escenario, con el caos que era un rock todavía amateur porque pocos sabían como hacer negocio con eso, es acceder a un material precioso. Me encanta Led Zeppelin, me encanta tener tanto todavía por aprender de ellos. También me encanta escribir y sigo sin entender como todavía hay gente que no tiene un blog. Bueno, no es mi problema.
Buenos Aires Pod: varios bloggers estarán presentando sus libros en Capítulo 2
Este viernes, a las 19, varios bloggers estaremos en la presentación de los libros que se imprimen bajo demanda en Buenos Aires Pod, en Capítulo 2, de Alto Palermo. Como ya comentamos el sistema permite recuperar títulos que las editoriales tienen agotados o discontinuados y en tan sólo 5 minutos el catálogo digital se transforma en libro.
Desde el viernes 16 y hasta el domingo 25 de noviembre, en la librería Capítulo 2 de Alto Palermo Shopping, está en marcha Buenos Aires Pod, la primera experiencia de impresión de libros por demanda en la Argentina. Aquellos que quieran tener más precisiones sobre el tema, pueden ver el video que produje para ilustrar el proceso de realización del libro. Ya Dimos, en formato libro, está disponible en Capítulo 2
El cine, la música y la literatura tienen jerarquías
En unos días se va a estrenar una película de Brian De Palma, uno de mis directores favoritos: The Black Dahlia. Sin dudas la veré. Puedo conceder que algunas películas de Brian De Palma quizás hayan envejecido algo. Son títulos que cruzan la década del 70 y marcan cierto rumbo del cine de los 80:Doble de Cuerpo, para mí, es el film que decreta el por entonces ascendente reinado del video hogareño. Y un clásico debe vencer el paso del tiempo si es que pretende serlo.
A partir del arte que envejece, me puse a pensar en la valoración negativa que se hace cuando un consumidor cultural queda empantanado en otra época.
Como los rockeros que no pueden cruzar la frontera de los 80 para valorar la música, como los cinéfilos que no logran entender que un nuevo y buen cine se hizo luego de Truffaut, Hitchcock y Antonioni. El anclaje en el tiempo es doble: habla de una falta de capacidad para adaptarse a las nuevas generaciones y una excesiva dependencia de esa canción y ese film. Ese director o esa banda.
Pero la literatura queda al margen de esta forma de entender el pasado y el presente. Si alguien se presenta simplemente como lector de obras clásicas de Shakespeare a Borges, de Cervantes a García Márquez, el propio arte nos cobija.
No hay una valoración negativa en ese sentido, sino por el contrario, un modo de respeto quizás equivalente al que solamente escucha a Mozart ó Beethoven
La literatura clásica quizás encierre todo el valor y la potencia que todos los libros que siguieron a lo largo de la historia fueron persiguiendo y homenajeando hasta hoy.
Probablemente los clásicos del arte sean aquellos que consiguen abarcar todas las épocas, el pasado ya revisado y el futuro, obviamente, aún por hacerse
Los Beatles seguramente tengan algo de eso.
Mientras tanto, por respeto al que soy y al que fuí, espero con ganas la película de Brian De Palma.
Lo siento, pero no tengo una gran relación con el tango. Y entiendo que es un problema mío, pero ya pasando un rato los 40, la verdad, no me pasa nada. No es que tampoco no lo pueda escuchar, pero otras músicas, el rock, el jazz, el soul, el reggae y otros derivados de los miles de géneros en los que se dividen los sonidos, se siguen apoderando por entero de mi alma musical.
Lo que me llama la atención es como, invariablemente, cada vez que escucho a alguien cantando un tango, siempre el tarareo se come a la letra. Arrancan bien, pero no lo continuan.
Ejemplo: "Malena canta el tango, como ninguna y en cada verso pone, su tara ran. Tarara tarara , tarara, malena tiene pena, tarararan...". Bueno ,es difícil de escribir, pero creo que la idea se entiende. No me refiero a los cantantes, sino a las personas que cuando se visten o se peinan frente al espejo, intentan cantar. Supongo que es equivalente a todas las muecas que otros hacemos cuando intentamos reproducir un guitarra eléctrica o una batería.
Espero que este texto sea tomado como una generalización y no con un pretendido sentido de interpretar una vida ajena que es la mía, pero creo que las amistades del colegio secundario están sobrevaloradas. Aunque quizás no sea eso: lo que está sobrevalorado es ese momento de la vida. No soy quien para dictaminar amistades ajenas, y a veces ni las propias, pero extinguida la colimba, el colegio secundario, el amigo del secundario, ocupa el centro de la escena en el pasado. Es una instalación nostálgica. Cada tanto alguien relata sus vivencias con respecto a un encuentro con compañeros de la escuela secundaria, por lo general entre 20 y 30 años más tarde. La cifra ya es elocuente: casi ha transcurrido media vida. Las descripciones son coincidentes y todos describen lo dificultoso que fue reconocer a quienes compartieron no menos de 5 años de su existencia. ¿Puede alguien haber sido tan importante y no reconocerlo en ese instante en que un afecto se define? De todos modos lo que más me interesa abordar es el sinnúmero de relaciones masculinas que los hombres establecemos ya más grandes, independientes, decididos y plenos. Relaciones ocasionales o permanentes que nos definen como género. Está el amigo de cancha. En realidad, hay dos amigos de cancha: el que está sentado cerca nuestro y el que es amigo de un amigo y al que solo vemos cada vez que viene a la cancha con nosotros. Sugerencia: a los dos es mejor acotarlos a ese espacio y no intentar llevar la relación más allá. En la primera juventud existe el amigo de la noche de derrota. Es esa noche en la que unos triunfaron con el sexo opuesto y otros perdimos. Comparte con nosotros el daño colateral de un regreso sin nada para contar. Está el amigo de vestuario, a quien solamente vemos en el club cuando hacemos alguna actividad. Si lo vemos en otro ámbito no sabemos bien quien era, pero una vez que se fue de nuestro panorama, exclamamos: -"Era el del club". El mecánico, el del garage, el encargado, el diariero, el que comparte la mirada desde el auto al culo y par de tetas que cruzan...Eso somos. Somos recontra básicos.
¿Querés tener un blog y no sabés cómo?...Lee abajo
Alejandro Rozitchner va a desarrollar un Taller de Blogs para aquellos que no tengan idea de como llevar adelante uno propio. Todavía hay quienes ven el blog como un espacio solamente de lectura y no de expresión. En otros casos hay otros que creen que hay que ser un sabio digital para poder hacerlo, lanzarlo y sostenerlo. El taller de Alejandro Rozitchner es gratuito y cuenta con el apoyo de Intel.
La colilla del cigarrillo es basura (porque hay gente que no lo sabe...)
Tiene razón mi mujer: la colilla de los cigarrillos también es basura. Nos pasó días pasados cuando una tormenta nos sorprendió a la salida de un cafe-franquicia (ampliaré en otro post el tema) y la esquina se inundó por la lluvia inesperada. De las alcantarillas empezaron a flotar cientos de colillas de cigarrillos que, evidentemente, taponaban el normal flujo del agua.
Los que fuman y se desprenden de sus restos (no corporales, sino de sus fasos) no consideran que la colilla sea basura, sino apenas un apéndice de algo que fue y del que hay que desprenderse a como de.
Es más: hasta hacen alarde de absurdas destrezas jugando a embocar la colilla, impulsada por dedo gordo y el índice para que salga haciendo algún vuelo espectacular hacia una pretendida larga distancia.
Para aquellos que quieran tener una idea más clara de qué se va a publicar en Ya Dimos, mi blog soy yo (el libro que se editará por demanda, por ahora, en Capítulo Dos), aquí tienen un video con más detalles
Cada tanto me sucede que lamento no tener a mano un anotador y una lapicera para atrapar en un garabato una idea que puede ser un buen post para el blog. En el instante de la ocurrencia supongo voy a lograr retener en mi memoria ese esbozo de escritura y para cuando me siento a escribir, compruebo como siempre, que más de la mitad de las cosas que pensaba, se esfumaron. Mis conclusiones son dos: la memoria está sobrevalorada y esto lo digo sin ningún tipo de carga ideológica, aunque también abriría el debate en ese aspecto. Confiamos mucho en que las cosas memorizadas (no hay que estudiar de memoria, nos decían, ¿no?) tendrán valor solamente porque se alojaron en la memoria. La otra conclusión es que me resulta positivo saber que se me ocurren cosas, aunque esas cosas luego se escurran por alguna grieta de las tantas que tenemos
Desde el próximo viernes, Capítulo 2 pondrá en funcionamiento la primera experiencia de edición de un libro por demanda. Ya Dimos, mi blog soy yo, será lanzado por Editorial Teseo.
Desde acá pueden acceder a algunos detalles y fragmentos de los títulos que serán editados con este sistema
Buenos Aires PoD, traerá el libro del futuro (que llegó hace rato...)
Dentro de poco tiempo Ya Dimos ,además de un blog ,será un libro. Más allá de ese hecho en sí, lo que más me gusta e interesa es qué tipo de libro va a ser y en que condiciones será creado. Por iniciativa de Capítulo Dos y Bibliográfika se realizará en la Argentina la primera experiencia de editar libros por demanda. Buenos Aires Pod (Print on Demand), del 16 al 25 de noviembre, será una movida que tendrá lugar en la librería Capítulo Dos de Alto Palermo, bajo las siguientes características
Las convergencias de las nuevas tecnologías permitirá editar el libro bajo demanda de los lectores, búsqueda en catálogos virtuales y acceso a títulos de agotados en librerías.
El proceso de impresión del libro bajo demanda lleva apenas 5 minutos y es presenciado por el lector.
También se podrá acceder al catálogo de libros desde el sitio de Capítulo 2
Participan de la experiencia Grupo Santillana, Grupo Planeta, Grupo Editorial Sudamericana y Editorial Teseo.
Habrá material inédito de Julián Gallo, Juana Libedinsky, Alejandro Rozitchner y Marcelo Gantman
180 títulos que no se encuentran en los estantes de las librerías por estar agotados, discontinuados o porque no forman parte del interés del momento de las editoriales, estarán a disposición bajo este sistema
Los lectores podrán optar por una impresión con letras de mayor tamaño en caso de precisarlo.
La librería tendrá terminales de computadoras para que los lectores puedan conocer los títulos disponibles y hasta "hojear" sus páginas gracias al sistema Flipital.
Los vendedores de Capítulo 2 explicarán a todos los lectores como funciona la compra de libros por demanda.
Este modo de editar libros rompe con el esquema tradicional de venta centrada en los "mainstreams" (vender mucho de pocos) para apostar a la idea de contar con mayor cantidad de títulos (vender poco de muchos).
La impresión por demanda permite recuperar títulos que fueron descatalogados o que satisfacen solamente a determinados nichos.
¿Cuántos litros de café y tiempo disponible precisaríamos (todos) si efectivamente concretáramos ese encuentro en el que quedamos para la semana que viene? El filósofo polaco Zygmunt Bauman, creador del concepto de las relaciones líquidas, plantea que esta es una época en que la gente contacta más que verse. Las relaciones que se establecen con mensajes de textos, llamados, chats, blogs y foros han multiplicado nuestra capacidad de vincularnos y acceder a diferentes tipos de encuentros que no se producen fisicamente. Sin embargo todavía existe una tendencia a dejar en claro la voluntad de verse, de estar cara a cara, por lo general, en encuentros que no llegan a producirse. La idea no es proponer una vida desligada del contacto humano sino de marcar como siguen prevaleciendo viejas costumbres cuando ya de hecho vivimos de otro modo. La promesa del café la semana que viene para hablar de algo que finalmente me lo contarán por vía tecnológica, me ha generado una cantidad marcas en mi agenda que no me alcanzarán dos vidas para poder cumplir
Este jueves 8 de noviembre, en Radioset (Alicia Moreau de Justo 1130, Puerto Madero) será presentado el libro EL MODELO GOOGLE, escrito por Bernard Girard. Ya desde el título se puede adivinar su contenido para explicar el perfil de una empresa dinámica, exitosa e informal (van a trabajar con sus perros, juegan con pelotas en la oficina: la vida ideal) que todos quisieran tener o integrar. Daniel Colombo y Leandro Zanoni serán los encargados de presentar y animar la velada. Vayan.
En medio de una cena con mi amigo Fabio, de pronto surgió el recuerdo de la película de Bill Murray y Andy McDowell, El Día de la Marmota. Es la historia de un reportero meteorológico que cubre en una ciudad de Estados Unidos, la salida de una Marmota que, según cuando sale, anuncia cuanto tiempo de invierno todavía queda. Por una razón que no consigo recordar (la ví hace mucho), el personaje de Murray está condenado a vivir una y otra vez el mismo día. Suena el despertador a las 6AM y el sigue enfrascado en el mismo día que vivió ayer y el mismo que vivirá mañana. No sé porque nos acordamos en la cena de ese film. Lo que si recuerdo es que en esa momento me dí cuenta que hay películas que se pierden cuando la industria cambia de formato. Cuando el VHS fue desplazado por el DVD, siempre hay registros que se pierden. Que no alcanzan a dar el salto. Una vez que un modo cultural reemplaza a otro, hay trabajos que pierden la fuerza original. Creo que a la película de la marmota le pasó eso.
Un vino, unos postrecitos, pan y una gaseosa light de litro y medio. Esa es mi compra en el supermercado chino, que de hecho no es chino, sino coreano. En la parte de adelante está la verdulería, manejada por bolivianos. Comparten el espacio, pero las cajas las manejan separadas. Pago en la parte coreana y voy a la boliviana: mandarinas, naranjas y cuatro bananas. El coreano me da un billete de 20 pesos, que de inmediato le doy al boliviano para pagar la fruta que me costó 10. Relaciones trilaterales entre un coreano, un boliviano y un argentino que intermedia con el dinero que tienen separado pero que se empeña a ir de una mano a la otra. ¿Qué puede salir de todo esto?
Comentarista deportivo y consultor de temas deportivos y culturales para empresas y organizaciones. Conductor en Rock & Pop, blogger en La Nacion.com y colaborador de revista Playboy y La Nación Revista. Cubrió Mundiales de fútbol, básquet, Juegos Olímpicos y circuito de tenis. Columnista del Mundial 2006 en Fox Sports.
