Fenómenos

Los que hacemos blogs sabemos que hay muchos curiosos que hablan sobre el tema. Hacer un blog ya no es ninguna ciencia, ni exclusividad, ni formamos parte de una vanguardia iluminada. Se precia cierto tuteo con la tecnologìa y fundamentalmente algunas ideas para comunicar. Alguna inspiraciòn, al menos, como para restarle tiempo a otra actividad y dedicarnos a postear. No es necesario vivir en una casa rodante en Sillicon Valley para concretarlo; de hecho, mi blog, aùn no tiene mi foto porque no encontrè como ponerla. Se que es cuestiòn de sentarme y hacerlo. De paciencia y no de un conocimiento supremo.
Los medios tradicionales, periodistas de fuste, comunicadores experimentados, se asoman al tema y precisan, si o si, de elevar los weblogs a categorìa de fenòmenos como para sumergirse en los contenidos.
Abarcadores de realidades diarias y descomunales, no logran la simpleza del blog: pensar, escribir, hacer y publicar. Buscan problematizar el tema para luego desenmadejarlo con maestrìa, como si hubiera mèrito en eso.
Complican los atardeceres. Y siguen afuera.